Mi general, valiente soldado, empezó su carrera en la revolución (si, con minúsculas), siendo un mocoso de 16 años defendiendo su tierra en Michoacán (Jiquilpan para ser exactos). Cuando todo acabó y el sistema se hizo dueño de todo, le entró ahora si de a verdá al ejército... Subió bien rápido y por cualquier cosita lo ascendían, que por bañarle el perro al presidente, que por rellenar las urnas a favor del candidato que nadie quería, que por cortarle las uñas al general, que por darle mota a la cucaracha para que por fin pudiera andar y cosas de ese tipo. De hecho por lo único que creo que debió haber ascendido fue por escoltar al padre Cervantes de León en la guerra cristera y haber sido violado personalmento por el mismísimo padrecito, pum, medalla al mérito... Mi general era un morenazo después de tanto baño de sol en la revolución, y en esas batallas perdió un brazo, una pierna y el sentido común. Le regalaron dos palos de escoba hechos de plata para que las usara como prótesis, y el que se las dió (si, también los palos de escoba) fue el presidente Abelardo L. Rodríguez. Le dijeron a su esposa que se pusiera de color romántico para la ceremonia de entrega de los palos, pero la señora se fue de luto, porque pensaba que iban a enterrar la pierna y el brazo, al estilo del nefasto Santa Ana. Y de hecho, esa entrega solo fue un sueño, porque lo que en realidad usaba como prótesis era madera carbonizada de su antigua casa de Jiquilpan, no se como le resistía la madera, decían que era magia negra... A mi general también le fue otorgado una medalla al mérito revolucionario con su siempre reluciente verde, blanco y rojo, que después de tanto sol, al día siguiente se despintó y resultó que la medalla de "plata" en realidad era níquel y se la habían encontrado tirada en una cantina de mala muerte de Tijuana. Ahora a la doña de mi general le dijeron que se fuera seriesita de colores y se fue de romántico, pero ahora sí de a verdá, cual sueño. Después de que le dieron la medalla mi general se sentía soñado, decía que lo iban a recordar todas las generaciones hasta el fin del mundo, y que iban a poner un montón de monumentos en su honor... Ajá, lo único que han puesto de él es un busto tamaño bolsillo en un parquesillo de Mocorito... Le decían a su mujer que estuviera orgullosa de él, tan orgullosa estaba que le puso el cuerno 3 veces la putita y siempre le decía que era un cerdo... Cuando por fin la dejó, empezó a delirar y pensar que todavía estaba en el campo de batalla, de hecho a un extra le gritó que se formara en la raya para cruzar la calle... Resultado, el chamaco atropellado, muerto y con la pierna hecha algo peor que mierda... Finalmente, mi pobre general murió en 1968, se supone que lo enterrarían con honores militares, nada más falso, lo echaron en un costal de harina, cabaron un foso en el panteón municipal y en vez de hecharle flores le hecharon huevos podridos, taparon el hoyo y hasta nunca, que te pudras en el infierno... Ni la cruz para marcar su última morada pusieron los desgraciados... ¿Quién soy yo? ¿Dónde estoy? Yo soy solo un fantasma haciéndole justicia a un héroe nacional, de esos que abundan en la bendita manipulación de la historia...
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