Un poco de estimulación auditiva

domingo, 29 de agosto de 2010

Incomprensión

Era un chavo cualquiera en la colonia Roma. Eso sí, feliz, mis papás eran lo máximo. Éramos 10 hermanos y mi padre se rompía la espalda para tenernos a todos felices y darnos su cariño. Y a mí me dió más porque era el pilón, el más chico de la decena. En navidad mi patín del diablo y mi conejo llegaron y puta, a cada rato salía a pasear al conejo. A cada rato me caía del patín, pero al conejo no le pasaba nada, yo, regresaba raspado a mi casa y mi madre me daba una regañiza como el padre Benito cuando hacía travesuras en el catecismo. 

Enfrente, vivía una niña que a cada rato hacía desmanes en su casa y sus padres ni la aguantaban. Ellos estaban todo el día fuera, trabajando y trantando de esquivarla, nunca le hacían un cariño, o de perdida una palmadita en la espalda, nada. La niña, enfundada de coraje, destruía todo lo que los demás teníamos, quemaba cosas, pellizcaba, daba golpes. Un día, se hizo un partido de la liga llanera. Mi padre jugaba con los Gladiadores de la Roma. Ese día, uno de sus compañeros le pegó fuertísimo que la pelota llegó precisamente a las casas, la cancha estaba como a 500 metros de la casas. Era la única pelota. La niña sale de su casa y pregunta que si querían la pelota. Con una sonrisa macabra la poncha.

Un día mi conejo se salió y me dio un miedo horrible, me puse blanco. Que tal si la mocosa esa se lo encuentra, lo despelleja y lo hace caldo al pobre. Dicho y hecho. No lo podía creer. Me enojé tanto que fuí y le puse una tundiza a la mocosa, me valió madre que yo tuviera 14 años y ella solo 8 y que fuera mujer. La cabrona me puso resistencia, me cortó dos veces en la pierna, pero la dejé bien sarandeada. 

Ya de adolescentes seguía la mata dando, de hecho se hizo asesina, apuñalaba por dinero, sus padres ya la habían abandonado, no tenía remedio. Además, se drogaba, no había un día que toda la colonia apestara a marihuana. Trató de amar, pero como ni siquiera se amaba a sí misma, nunca pudo llegar a algo. Tenía tanto rencor en su mente, que no había manera de socializar con ella. Cuando uno iba a misa nos arrancaba los rosarios que nos daba el padre Benito, los quemaba enfrente y decía que qué le iba a hacer el disque dios todopoderoso y misericordioso.

Llegó 1968 y el mitin del 2 de octubre, ahí estaba yo del lado contrario tratando de hacer que mis compañeros no se exacerbaran. Lo hicieron, a pesar de que fuera pacífico. Cayó la bengala. Un imbécil del escuadrón Olimpia casi se cae del techo, dispara por accidente y mata a un soldado. Pensando que fueron nosotros, nos empiezan a disparar. Corrí hecho un torpedo nuclear y ya cuando casi esquivaba el cordón ví como ella les gritaba a los soldados. Orale hijos de su puta madre peguenme un tiro putos, chupapitos de la represión. Aunque nadie lo crea, los soldados se contubieron, pero uno llegó por Detroit y la apuñaló con la bayoneta.

Me escondí un poco, corrí y la saqué de ahí esquivando el cordón de seguridad, estaba pesadita, pero aún así me la pude llevar a la Cruz Roja. Me valió lo que me hizo, era un ser humano que necesitaba algo de apoyo, merecía vivir. De hecho mientras llegábamos a la Cruz Roja, me preguntó porque lo había hecho. Solo le dije que guardara fuerzas. La atendieron bien, era una herida profunda, pero lo logró. Un milagro de la Virgencita.

Hoy, ella es mi esposa... 

Canción del blog
Soy Rebelde - Jeanette

Poetiso

En el trabajo le decíamos el poetiso, no poeta... Porque era gay. Aún así, el tipo era querido por todos. El cuate era el sabio de sabios, buena personas, chambeadora. Se llamaba, bueno, le decíamos Juancho Tulipanes. Siempre llegaba de buen humor, contando chistes y echándonos ojitos que nos asustaban pero luego luego decía que era cura. Simón wey, le decíamos entre todos. En su brazo era tradición que llevara un libro de poemas del que quieran, su predilección eso sí era Pablo Neruda.

En sus ratos libres se la pasaba escribiendo poemas, eso era ley. Le decíamos que si quería ir al juego, al parque a jugar chútale, o a un LAN party en Xbox, pero siempre rechazaba, los poemas eran primero. Se los escribía a su cuchurrumín, que daba la casualidad que era un cuate del piso de arriba. Bueno pues, te dejamos. Al día siguiente supimos que los poemas no habían sido del agrado del otro, los leímos y hasta eso que no tenían nada de malo. Eran geniales.

Pero mi buen Juancho se nos deprimió, parecía emo. Tan deprimido estaba que lo llevamos 10 días seguidos al circo y ni así se alegró. Una de nuestras compañeras super modelo lo abrazaba todos los días (para hacerlo que regresara al otro lado), tampoco. Empezó a escribir poemas desgarradoramente tristes, dirigidos a ya saben quien. Se notaba que era un apasianado del amor y los cupidos. 

Rápidamente agarró una adicción a los tulipanes, ya saben que de ahí se puede sacar droga. De ahí que le hayamos puesto Tulipanes como apellido después de Juancho. El cuate ya no volvió, deliraba, se la pasaba dando vueltas por toda la oficina, como niño chiquito. Como que las drogas le hicieron sacar muchas cosas que tenía metidas en lo más profundo de su ser. Gritaba, soy joto y que. En una esquina se sentaba, se mecía, luego se paraba... No no no, un desmadre Juancho.

Fue llevado inmediatamente al psiquíatrico, de ahí no ha salido. Un día lo fuí a visitar y en su celda tenía poemas por todos lados, y cuando llegué me contó un chiste. Hasta eso que mi buen amigo rosado no ha cambiado en esas cosas. Parece progresar. Le comenté que hay otros muchos hombres por ahí. Pero como buen romántico a la antigua, para él, ese tipo fue el único. 

Lástima que sea gay, porque, como dije, es tan buen tipo el buen Juancho que muchas tipas desearían a alguien con el corazón que tiene él. Hasta mi esposa sintió lástima por él. 

Canción del post
Corazón de poeta - Jeanette

La vecina

No es exactamente un misterio, nunca tuvo nada que ocultar. Vivía yo en un condominio en San Diego, que bella ciudad, con una vista al mar del Océano Pacífico. Todavía no estaba el estadio de beisbol en el centro. Llegué ese primer día de vivir ahí con el ánimo en las nubes, agarré mi cámara y tomé fotos como loco de lo que alcanzaba a ver del puerto. Me dieron ganas de salir a comer a uno de esos famosos y deliciosos restaurantes del centro. En eso iba subiendo ella. Su mirada era de un horror a todo, que bruto. Solo me dijo apresuradamente buenas tardes y se metió a su depa, con un montón de maletas sin tag de viaje. Sospechoso...

En fin, fuí a comer a un restaurante italiano delicioso, con una copita de vino tinto. Más tarde tomé el trolley hacia Santee, un pueblo pacífico, tenía que comprar unos libros en Barnes & Noble. Regresé como a las 8 de la noche. Abrí el depa y luego abrí la puerta del balcón, iba a tomarle fotos a la luna cuando en el balcón vecino estaba ella, con la cabeza baja y recargada en la pared. Como que sintió la presencia de uno y volteó. Solamente me dijo hola con una voz muy tenue. Yo me quedé de a seis.

Si hay algo en que pueda ayudarle señorita, soy psicólogo. Me dijo gracias pero no, bienvenido al edificio, disfrute su estancia y se metió a su depa. Hm, me dejó pensando bastante. La mañana siguiente me la topé frente a frente, unos preciosos ojos, pero de un tristízima expresión. Rápidamente se safó de mí y se fue corriendo por la escalera. De repente otro vecino salió y me dijo que así era con todo mundo, no decía nada, no hacía nada, nadie sabía dónde trabajaba, ni siquiera sabían su nombre. 

Todo el día me quedé leyendo uno de los libros que compré. En la noche suena el timbre del depa. Era ella. ¿Puedo pasar? Eh... Si, claro que puede señorita... Dígame, ¿cuál es su problema? Amor... nunca lo he tenido, mi infancia fue de terror, mi adolescencia ni se diga. No confío en nadie, pero de alguna manera, aunque sea nuevo en el edificio usted parece ser confiable. Me lo dice su expresión. Hm, aprendió a leer los rasgos faciales. Si, mi paranoia lo hizo todo. 

En fin, estuve diagnosticándola toda la noche, su mente era increíblemente compleja. Salió de mi depa a las tres de la mañana y me dio las gracias. A la mañana siguiente, su cambio fue increíble. Me esbozó una sonrisa. Pero sus ojos seguían tristes, sin chispa. Eso si ya no lo pude arreglar. Porque partió a otro lugar, y después simplemente perdió los deseos de vivir y se suicidó. Eso sí, puedo ser el único ser que la hizo reír por lo menos una única vez. 

Canción del post
El muchacho de los ojos tristes - Jeanette

sábado, 28 de agosto de 2010

Airwaves... Pasión

No hay nada más apasionado que la pasión misma. Nuestras ondas continuan su recorrido por las emociones humanas después de un letargo prolongado. Esta vez llegan a los estadios deportivos, a los escenarios y a las camas para recoger un sentimiento humano distinguido. La pasión. Cuando alguien tiene pasión por algo o alguien la transmite a una intensidad que los seres cercanos se quedan estupefactos. Nadie sabe ni como ni por qué el amigo, conocido o simple ser ridículo alcanzó ese grado de obsesión por algo o alguien. Véanlo en el clásico aficionado al football asociación. Su equipo puede ser el más perdedor e insignificante del universo y aún así compra el abono de platea cada maldita temporada. Llora cuando de nuevo se quedan en la orilla y se quiere dar un tiro. Grita un gol como si estuviera ganando la Copa del Mundo de Clubes.

También véanlo en el enamorado profesional. Su mujer (u hombre, según sea el caso) se le escapa de las manos, no logra el objetivo, el cuate o cuata muere si aquel al que dirige todas sus habilidades e instinto amatorio no cae en esa digamos "trampa". Le baja el cielo o las estrellas. Cuando la tiene, es tan apasionado que no lo o la suelta, tienen la llama bastante encendida. Y eso junto con las ondas del amor, hacen una mezcla explosiva, para bien. Por último, véanlo en el apasionado de la fotografía, con tal de tener la toma perfecta hace otras 100 mil. Para tener la toma perfecta es capaz de esperar horas sentado en medio de la nada y de repente llega el momento, nada más gratificante.

Game Above My Head (Cenando en París, versión original)


Caminando por los Campos Elíseos divisé a unos hombres extraños, parecían de otro mundo. Rápidamente recordé quienes eran y por qué estaban ahí. Venían por mí. Empezé a caminar un poco más rápido de lo normal, los hombres igual. Llamé a un taxi donde no se debía, pero no me importó. Le dí 100 francos para que me llevara a toda velocidad al Louvré. Los hombres fueron perdidos de vista. 


Arribé al Louvré, con su pirámide fuera de lugar ordenada por Françoise Mitterrand. Entré rápidamente a admirar unas cuantas pinturas, bueno, no. Ingresé con el fin de esquivar a mis perseguidores. Me quedé viendo la Monalisa como una mitad de hora. Muchos se quedaron observándome a mí, como si pensaran que era un loco obsesionado con la Gioconda y hasta pensaban que iba a robarla.

En eso doblé hacia un pasillo y ahí estaban esos bastardos. Salí del Louvré, tomé un taxi y le dí otros 100 francos para que me llevara al Campo de Marte. Ahí me dí un baño de aire fresco y limpio, además de que admiraba el máximo monumento, la Torre Eiffel, con su distinguida figura señorial. Decidí ascender a la punta de la Torre Eiffel para observar la bella panorámica de la ciudad Luz. Precioso, como para tener a una bella doncella y estamparle un beso. Oigan, París también es la ciudad del amor... Demonios, de nuevo esos malditos. Hora de irnos.

Terminé diciéndole esta vez al nuevo taxista que me llevara al restaurante más exclusivo de París. Tenía una cita con  una linda mujer que estaba tratando de conquistar, mi esposa era demasiado fea, tenía problemas con el alcohol y le  fascinaba la cannabis. Solo me casé con ella para obtener el puesto que tengo. En fin, llegué con la escultural mujer y tomamos la cena. Deliciosa, caracoles al mojo de ajo. Exquisitos, Tuve la oportunidad de lanzarle caricias y manoseos a la tipa. Brindamos al último. Pagamos la cuenta y tomamos nuestros rumbos.

-Nos vemos mañana preciosa-

Ahí estaban de nuevo estos sujetos. Tomé otro taxi y me llevó a un bar exclusivo de la ciudad, una amiga de trabajo me invitó a unos tragos, raro que una mujer haga eso. Cabe remarcar que ella también era una estatua de mujer, excelentemente dotada por la naturaleza y bendecida por el Altísimo. Eso sí, bastante callada, era necesario que uno rompiera el hielo para que la tipa entrara en confianza. Aparecí en el lugar y ella ya tenía dos tarros de cerveza en las manos.  Brindamos por el éxito. Al momento de ingerir el trago de Heineken los músculos se me adormecieron y poco a poco caí y mis ojos proyectaban una escena de película horrorífica, viendo las expresiones desgarradoras de los demás adoradores del alcohol.

Antes de que se cerraran mis ojos, ví como la cretina se iba y de paso me dejaba un escupitajo de regalo. Además de que finalmente, los hombres misteriosos me atraparon... pero muerto, par de perdedores. En esos milisegundos de vida deduje que siempre ella estaba para ellos, todo fue una maldita trampa en la que caí redondo, más por instinto de macho alfa que por otra cosa.


Canción del post
Game above my head - Blancmange

Lo más alto de lo alto

Unos dan preguntas y otros dan respuestas. Lo que nunca se supo es como un grupo de amigos llegamos tan alto, haciendo simplemente lo que a unos le agradaban. El ascenso meteórico se dio gracias o al destino, al de arriba o a nuestra habilidad. Se dio gracias de la mano de una seductora que nos protegía, o se dio gracias a otras manos oscuras. Vivir en los techos de cualquier ciudad a la que íbamos era maravilloso, el aire fresco, las estrellas de las noches hermosas, con sus lunas llenas, nuevas o en cuarto creciente. Nosotros eramos los atlantes trotamundos, altísimos y poderosos, nadie nos podía vencer. Mujeres hermosas por doquier, enamorándolas con feromonas, o si no se dejaban, con el olor a cocaína que emanaban los billetes de 20 dólares estadounidenses. Viviendo siempre arriba de los árboles acaparando los plátanos que los cretinos de abajo no alcanzaban y si alcanzaban uno se lo peleaban a muerte. Sí, la vida arriba era lo máximo. Aunque todo lo que sube, tiene que bajar. Ya no más techos, ya no más árboles y ya no más mujeres. Nos convertíamos en los cretinos de los que nos burlábamos. Unos ya no daban preguntas y otros ya no daban respuestas a como nuestro descenso fue tan rápido, al igual que nuestra subida al pedestal, a la cúspide, al podio, al Monte Olimpo. Este descenso se dio gracias a la mala leche de esa Femme Fatal que nos protegió, a la espalda de las manos oscuras, pero nunca se dio gracias al destino o al de arriba o a nuestra habilidad. Actualmente, gracias al destino, la habilidad, al de arriba y a la JUSTICIA, estamos en vías de regresar al lugar que nos merecemos, los techos, la punta de los árboles, los pedestales. Porque hacemos las cosas bien.

Canción del post
Living on the ceiling - Blancmange

La camisa

Vivía cómodamente en Sarajevo. Era 1984, la belleza de mi tierra natal sorprendía al mundo en aquel año de los Juegos Olímpicos de Invierno. Bonitas olimpiadas. Después de eso Sarajevo logró un status importante en el mundo. El comunismo seguía siendo el progreso de nuestra tierra. Pero no nos mantenía unidos. Los serbios, croatas, macedonios, albanos, eslovenos y montengrinos corroían en envidia después de las Olimpiadas. Tuve la oportunidad de salir del país, mis padres, hermanos y yo nos fuimos a Berlín del Este. Al poco tiempo, por fin libertad, el comunismo había llegado a su fin, por lo que pudimos llegar a Boston.

En ese 1991 nada sería igual. La libertad hizo que las etnias de mi zona por fin pudieran mostrar su odio. Sarajevo se había convertido en un pedazo de ruina. Me dolió tanto ver mi ciudad cuando regresé, de vacaciones temporales. Hacía frío, tristeza, soledad, impotencia, muchos factores los tenía embotellados dentro de mí, caminando por la avenida principal, solo se oían el sonido de mis botas y las de unos cuantos soldados de ocupación serbios, que afortunadamente no me decían nada. Todos estaban hasta la madre de drogas. 

La presunta libertad solo estaba en papel y libros de historia, los malditos serbios, siempre nos envidiaron, todos, ninguno tenía salida al mar más que nosotros, a ningún otro lo pelaron para los Olimpiadas, solo a nosotros. Siempre hemos sido la vanguardia de Yugoslavia. Aún así, apreciaba mucho a las otras etnias de mi nación, nunca he sabido el porque nos odiabamos uno al otro, desde la Edad Media. En eso veo a un soldado serbio tirado, agonizado, bañado en su sangre y en la de otros compañeros, Desde el lugar que reptó, hasta donde yo estaba parado dejo una gran huella de sangre. Estaba herido de bala en el estómago y aún así seguía vivo.

Me agaché, reconoció mis facciones bosnias, tomó mi brazo y me dijo: "Hermano yugoslavo, ¿de dónde vino el odio?"

Inmediatamente murió, dejándome su marca de sangre en la manga. Hasta la fecha tengo esa camisa, sin haberla lavado. Es un recordatorio que la humanidad nunca ha estado unida. Es la misma carrera de la rata, una y otra vez. Yo solo quiero caminar con libertad, de perdida un día. Nunca volví a Sarajevo, hoy sigo en Boston, esperando libertad, libertad genuida, que es con la que me quiero encontrar, para unirme a ella y esparcir su palabra por el mundo. 

Canción del post
Gruppa Krovi - Kino

viernes, 27 de agosto de 2010

Nero

Día negro, horas negras, todo maldito negro. No hubo peor día en la vida de hombre que solo hace lo que le mandan hacer, que éste fétido día. Un cuervo me ha seguido por las avenidas que he transitado y no me deja en paz. Dicen que el cuervo es ave de mal augurio y ya estoy empezando a creer. Siempre he sido un alma solitaria, pero nunca me fue tan mal que ahora. Primero me despiden del trabajo por algo que no hice, todo para proteger al hijo inepto del abogado del condado. Después empieza a llover y me mojan en la esquina de la calle, pensé que eso pasaba solo en las caricaturas o en los sitcoms. Luego piso mierda de perro... Mierda de perro en la calle, increíble, estamos en USA... Minutos después me llaman para decirme que mi madre murió, para que regreso a la casa, lo primero que pienso es darme un salto por el puente de Brooklyn. Me tranquilizo y voy por mi madre para entregarla al forense para la autopsia. El cuervo sigue tras de mi. A los pocos minutos me llama una amiga, bueno ni tan amiga. Es solo conocida, pero me gusta. Descubre que ella me gusta, se cae la sutileza, y cuando llego al salón donde llevo la maestría se la pasó ignorándome. Y ese fue mi cagado día. Me quería dar un tiro y el cuervo me empezó a hablar. Maldito cuervo lárgate, ya hiciste mucho daño. Lo hice por tu bien imbécil. HA, que bien me has causado matando a mi madre. No fui yo, fue el cáncer, muchas veces me le paré encima y nunca me hizo caso; tú le dijiste que dejara de fumar y también te mandó al carajo. La discusión duró horas, finalmente, el cuervo se paró sobre mi cabeza y me quedé sentado en una esquina con la presión alta, respiración rápida y profunda. Dando vueltas en una esquina, sentado, dando vueltas y vueltas y vueltas...

Canción del post
The Raven - The Alan Parsons Project

Pásenle

Una reunión excepcional en una suite de lujo del Hotel Ritz. Los invitados estaban por llegar uno por uno, humanidad o cosa por humanidad o cosa. Todo estaba listo, más listo que un calcetín antes de ser insertado en el pie de algún mortal. La comida en su punto, menú de primera línea, entre ellos un plato exquisito y que parecía imposible lograrse, pero se logró: Caviar relleno, increíble, mis felicitaciones al chef. En las bebidas, el mejor whisky, la mejor cerveza, el mejor vino y la mejor champagne. 

Sonó el timbre de la suite y llegó mi amiga del alma, Heroínica de la Cocca. Hermosa mujer, tentadora, sensual, pero me saca de mis problemas, me escucha y me da ánimos. Mientras llegaban los demás pusimos una pieza romántica para bailar, sus movimientos sutiles y cadenciosos. Me dio un beso en los labios y empezé a volar, levité por toda la sala y luego regresé a sus brazos.

En eso suena de nuevo el timbre, llegaba el padre Pe-Dofi-Lo. Si, es vietnamita, lo adivinaron. Muy buena persona, eso sí, exagera a veces en su amor por los mocosos. Me traía un frasco de agua bendita mezclada con otras sustancias vigorizantes. Eso sí, jarra alegre el padrecito, inmediatamente tomó un vaso, tantito hielo y se hizo el whisky en las rocas más rápido de lo que Dios hizo la luz. 

Ding dong... Era el agente P2-KK, el amigo siempre olía a rayos, además de que esparcía sus esporas malignas por todo el ambiente, pasando a perjudicar a muchas personas sensibles del estómago con sus nefastas bacterias. De hecho la CIA lo contrató para eso y para causar terror ambiental por todo el mundo. Inmediatamente tomó una taza de caviar relleno y la hizo mierda, pidió permiso para ir al baño.

En cuanto P2-KK entró al baño sonó de nuevo el timbre, era Don Putini, el primer gay aceptado en la Cossa Nostra, con eso de que ya todos somos iguales (yo respeto mucho a los gays) y que los gays son los nuevos afroamericanos, la mafia se sensibilizó de a huevo y no quedó de otra más que aceptarlo en su círculo. Como todo buen Don, tiene buen gusto para los puros, me regaló unos Di Novili.

Timbre, el policía más corrupto de la ciudad aparecía, el oficial Lendoiro, alias "el donitas espolvoreadas". No había un día que no acabara con la panadería. Esta tan gordo que la motocicleta le cobra flete por cada lonja que tiene el cabrón. Le entra duro a morder manzanas, mágicamente siempre aparecen billetes de 100 euros. Claro, para no quedarse atrás y como es su costumbre, trajo una caja de donitas espolvoreadas. 

Otra vez el timbre, no podía faltar mi Tía María, siempre me hace una sopa de cebolla tan buena. De hecho trajo una olla enorme con esa rico aperitivo. Rápidamente los invitados tomaron un tazón y se deleitaron, dejaron olvidado al pobre caviar, que derramó una lágrima por ser el rechazado de la fiesta. Mi tía al principio se asustó un poco por los invitados pero rápidamente se ligó al padre Pe-Dofi-Lo, nada mensa mi tía.

La fiesta fue un éxito, todos pedos, idos o lo que quieran. Mi tía terminó exhausta con el padre y después se fue con P2-KK, y luego con Lendoiro. Se animó con de Cocca y Don Putini increíblemente sacó lo macho reprimido que llevaba dentro. La comida se acabó, la bebida también, la botana ni se diga, y se me olvidó decirles que mi tía fue prostituta en su juventud, ah, que cosas. 

Canción del post
Let'em in - Wings

jueves, 19 de agosto de 2010

Cenando en París

La torre Eiffel, se veía espectacular esa noche. Caminamos después para dirigirnos al Louvre, precioso museo, aunque la pirámide de Miterrand hecha a perder la escenografía del siglo XVIII. Vimos la Mona Lisa, y otras cuantas pinturas famosas, pero no decías ni una palabra, no se que te pasaba en ese momento. Traté de despertarte de tu letargo sin cama contándote algo de la historia del lugar, al menos me esbozaste una gran sonrisa. 

Salimos de ahí y dijiste... vamos a cenar.

Encantado de la vida, te llevé al mejor restaurante de la ciudad Luz. Seguías callada, perdida en tus propios pensamientos. Rompí el hielo de nuevo y ordenamos la comida y una botella de champagne. Ahora por fin te soltaste hablando, de tu familia, de como iban tu trabajo, entre otras cosas... Los viejos amigos de la universidad, aquellos buenos tiempos.

Brindamos y te estampé un beso... 

Te quedaste un poco sorprendida, pero tampoco te disgustó. Seguimos conversando un poco, disfrutando de la comida, llegó el postre. Me diste de tu flan de avioncito y era ahora yo el sorprendido, parecías mi madre con esa sonrisilla y moviendome la cuchara por todos los ojos hasta que llegó a mi boca. Rara experiencia, pero a la vez buena. Salimos del restaurant y me tomaste de la mano. Querías seguir explorando París... OK...

Próxima parada, la Avenue des Champs-Élysées.


Canción del post
Cenando en París - Mecano

sábado, 14 de agosto de 2010

Farewell to Arms

Las armas curiosamente siempre han sido parte de mi vida... Aquí en Moscú fuí parte de las juventudes rojas y dí mi brinco al ejército rojo, donde fuí ascendiendo poco a poco hasta ganar mi pistola de mando, una preciosa Beretta de alto calibre. Era el día a día de estar mejor armado para una eventual guerra con los Americanos o alguna escapada de nuestros aliados del Pacto de Varsovia. 

Como decía tenía muchas armas, aparte de la Beretta, tenía un rifle Remington y mi preferida y hecha en casa, una AK-47. Ese rifle de asalto era mi favorito. Un día en la invasión a Afganistán tenía sed de sangre y le disparé a lo que se moviera con el AK... Maté a muchos niños, abuelos e inocentes que no tenían nada que ver... No me importó, eran unos cerdos que merecían morir, árabes enfermos y desquiciados. Se resistían a los supremos mandos de Marx, Lenin y Stalin. 

Con ese mismo rifle dejé herido a Osama, pero el maldito se escapó, incluso recibión apoyo del Oeste unos meses después de nuestra invasión. Gracias a esos putos tuvimos que volver a Moscú sin coleccionar nuestro último país que terminara con Tán. Yo decía que las armas eran quienes hacían al mundo, lo movían, porque se podían eliminar obstáculos y además, el dinero que dejaba movía al mundo... Si lo acepto, una parte oscura de mi era capitalista, pero desde niño me inculcaron a venerar a la hoz y al martillo, al trabajo duro y seguro. 

Mi arma me protegía de quien me lo quisiera quitar... Si, en la Rusia Comunista también había crímenes, que creían. Todo estaba perfecto, hasta que llegó Gorbachov. Nos fuímos a la ruina, la gloria comunista se esfumó. Me tacharon de elemento violento en el ejército y me desterraron de él. Cuando se anunció la caída del muro de Berlín casi me doy un tiro... Y tuve ganas de darle a Yeltsin cuando se oficializó la desaparición de la URSS. Tire dos balazos a quienes no traian una hoz y un martillo como bandera y me echaron a la cárcel. 

El día que mis armas me fueron despojadas, una paloma blanca pasó por encima de mí. La gente se alegró de que me fuera a podrir a la cárcel. Actualmente sigo ahí y por fin mis ojos abrieron y vieron lo que significa la paz y la libertad, sin una hoz o un martillo arriba de nosotros. De no decir con furia "el OESTE", todos somos hermanos, y como hermanos debemos estar siempre unidos, no tirándonos a ver quien cae primero para quedarnos con lo suyo y obligarlo a aceptar nuestras ideas.

Estos años en la cárcel, me he echado a llorar y pensar que hubiera sido de esos niños afganos que asesiné. Podría ser que tan solo uno se hubiera convertido en alguien importante, pero los demás, sí, estuvieran sufriendo la guerrilla Talibán y los atropellos americanos, pero de perdida, estarían pisando la tierra y disfrutando un poco lo que es la misma vida... 


Canción del post
Farewell to arms - Emerson, Lake & Palmer