Un poco de estimulación auditiva

sábado, 28 de agosto de 2010

Game Above My Head (Cenando en París, versión original)


Caminando por los Campos Elíseos divisé a unos hombres extraños, parecían de otro mundo. Rápidamente recordé quienes eran y por qué estaban ahí. Venían por mí. Empezé a caminar un poco más rápido de lo normal, los hombres igual. Llamé a un taxi donde no se debía, pero no me importó. Le dí 100 francos para que me llevara a toda velocidad al Louvré. Los hombres fueron perdidos de vista. 


Arribé al Louvré, con su pirámide fuera de lugar ordenada por Françoise Mitterrand. Entré rápidamente a admirar unas cuantas pinturas, bueno, no. Ingresé con el fin de esquivar a mis perseguidores. Me quedé viendo la Monalisa como una mitad de hora. Muchos se quedaron observándome a mí, como si pensaran que era un loco obsesionado con la Gioconda y hasta pensaban que iba a robarla.

En eso doblé hacia un pasillo y ahí estaban esos bastardos. Salí del Louvré, tomé un taxi y le dí otros 100 francos para que me llevara al Campo de Marte. Ahí me dí un baño de aire fresco y limpio, además de que admiraba el máximo monumento, la Torre Eiffel, con su distinguida figura señorial. Decidí ascender a la punta de la Torre Eiffel para observar la bella panorámica de la ciudad Luz. Precioso, como para tener a una bella doncella y estamparle un beso. Oigan, París también es la ciudad del amor... Demonios, de nuevo esos malditos. Hora de irnos.

Terminé diciéndole esta vez al nuevo taxista que me llevara al restaurante más exclusivo de París. Tenía una cita con  una linda mujer que estaba tratando de conquistar, mi esposa era demasiado fea, tenía problemas con el alcohol y le  fascinaba la cannabis. Solo me casé con ella para obtener el puesto que tengo. En fin, llegué con la escultural mujer y tomamos la cena. Deliciosa, caracoles al mojo de ajo. Exquisitos, Tuve la oportunidad de lanzarle caricias y manoseos a la tipa. Brindamos al último. Pagamos la cuenta y tomamos nuestros rumbos.

-Nos vemos mañana preciosa-

Ahí estaban de nuevo estos sujetos. Tomé otro taxi y me llevó a un bar exclusivo de la ciudad, una amiga de trabajo me invitó a unos tragos, raro que una mujer haga eso. Cabe remarcar que ella también era una estatua de mujer, excelentemente dotada por la naturaleza y bendecida por el Altísimo. Eso sí, bastante callada, era necesario que uno rompiera el hielo para que la tipa entrara en confianza. Aparecí en el lugar y ella ya tenía dos tarros de cerveza en las manos.  Brindamos por el éxito. Al momento de ingerir el trago de Heineken los músculos se me adormecieron y poco a poco caí y mis ojos proyectaban una escena de película horrorífica, viendo las expresiones desgarradoras de los demás adoradores del alcohol.

Antes de que se cerraran mis ojos, ví como la cretina se iba y de paso me dejaba un escupitajo de regalo. Además de que finalmente, los hombres misteriosos me atraparon... pero muerto, par de perdedores. En esos milisegundos de vida deduje que siempre ella estaba para ellos, todo fue una maldita trampa en la que caí redondo, más por instinto de macho alfa que por otra cosa.


Canción del post
Game above my head - Blancmange

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