Un poco de estimulación auditiva

domingo, 29 de agosto de 2010

Poetiso

En el trabajo le decíamos el poetiso, no poeta... Porque era gay. Aún así, el tipo era querido por todos. El cuate era el sabio de sabios, buena personas, chambeadora. Se llamaba, bueno, le decíamos Juancho Tulipanes. Siempre llegaba de buen humor, contando chistes y echándonos ojitos que nos asustaban pero luego luego decía que era cura. Simón wey, le decíamos entre todos. En su brazo era tradición que llevara un libro de poemas del que quieran, su predilección eso sí era Pablo Neruda.

En sus ratos libres se la pasaba escribiendo poemas, eso era ley. Le decíamos que si quería ir al juego, al parque a jugar chútale, o a un LAN party en Xbox, pero siempre rechazaba, los poemas eran primero. Se los escribía a su cuchurrumín, que daba la casualidad que era un cuate del piso de arriba. Bueno pues, te dejamos. Al día siguiente supimos que los poemas no habían sido del agrado del otro, los leímos y hasta eso que no tenían nada de malo. Eran geniales.

Pero mi buen Juancho se nos deprimió, parecía emo. Tan deprimido estaba que lo llevamos 10 días seguidos al circo y ni así se alegró. Una de nuestras compañeras super modelo lo abrazaba todos los días (para hacerlo que regresara al otro lado), tampoco. Empezó a escribir poemas desgarradoramente tristes, dirigidos a ya saben quien. Se notaba que era un apasianado del amor y los cupidos. 

Rápidamente agarró una adicción a los tulipanes, ya saben que de ahí se puede sacar droga. De ahí que le hayamos puesto Tulipanes como apellido después de Juancho. El cuate ya no volvió, deliraba, se la pasaba dando vueltas por toda la oficina, como niño chiquito. Como que las drogas le hicieron sacar muchas cosas que tenía metidas en lo más profundo de su ser. Gritaba, soy joto y que. En una esquina se sentaba, se mecía, luego se paraba... No no no, un desmadre Juancho.

Fue llevado inmediatamente al psiquíatrico, de ahí no ha salido. Un día lo fuí a visitar y en su celda tenía poemas por todos lados, y cuando llegué me contó un chiste. Hasta eso que mi buen amigo rosado no ha cambiado en esas cosas. Parece progresar. Le comenté que hay otros muchos hombres por ahí. Pero como buen romántico a la antigua, para él, ese tipo fue el único. 

Lástima que sea gay, porque, como dije, es tan buen tipo el buen Juancho que muchas tipas desearían a alguien con el corazón que tiene él. Hasta mi esposa sintió lástima por él. 

Canción del post
Corazón de poeta - Jeanette

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