Un poco de estimulación auditiva

sábado, 28 de agosto de 2010

Airwaves... Pasión

No hay nada más apasionado que la pasión misma. Nuestras ondas continuan su recorrido por las emociones humanas después de un letargo prolongado. Esta vez llegan a los estadios deportivos, a los escenarios y a las camas para recoger un sentimiento humano distinguido. La pasión. Cuando alguien tiene pasión por algo o alguien la transmite a una intensidad que los seres cercanos se quedan estupefactos. Nadie sabe ni como ni por qué el amigo, conocido o simple ser ridículo alcanzó ese grado de obsesión por algo o alguien. Véanlo en el clásico aficionado al football asociación. Su equipo puede ser el más perdedor e insignificante del universo y aún así compra el abono de platea cada maldita temporada. Llora cuando de nuevo se quedan en la orilla y se quiere dar un tiro. Grita un gol como si estuviera ganando la Copa del Mundo de Clubes.

También véanlo en el enamorado profesional. Su mujer (u hombre, según sea el caso) se le escapa de las manos, no logra el objetivo, el cuate o cuata muere si aquel al que dirige todas sus habilidades e instinto amatorio no cae en esa digamos "trampa". Le baja el cielo o las estrellas. Cuando la tiene, es tan apasionado que no lo o la suelta, tienen la llama bastante encendida. Y eso junto con las ondas del amor, hacen una mezcla explosiva, para bien. Por último, véanlo en el apasionado de la fotografía, con tal de tener la toma perfecta hace otras 100 mil. Para tener la toma perfecta es capaz de esperar horas sentado en medio de la nada y de repente llega el momento, nada más gratificante.

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