Un poco de estimulación auditiva

miércoles, 1 de abril de 2009

A day in the life...

Era un día brillante de marzo, el día 32, cuando de pronto un pájaro me cagó la cabeza y el muy bruto se estrelló en un árbol y una manzana le aplastó la cabeza. Mi coche empezó a andar solo y de repente se puso a jugar futbol con los vecinos, ni modo, me tuve que ir en patineta al trabajo. Mi portafolio estaba lleno pero aún así le cupo una televisión y un refrigerador, fue un gran esfuerzo meterlos al portafolio, pero ya traía algo para ver el juego de beisbol y comer un sandwich hecho por mí, a mi gusto y a mi manera. Como siempre llegué tarde y ahí estaba el jefe esperándome para darme una regañiza, con solo mirarlo le empezé a desgarrar la piel y hacerle que vomitara pajaritos, cardenales para ser exactos, oh, se me olvidaba, le hice también un calzón chino tan fuerte que de pilón lo dejé sin descendencia. Todos mis compañeros me vitorearon y les dije que se tomaran el día libre...

Mientras estaba viendo como mi jefe se desangraba y moría con el calzón bien envuelto en su cabeza, pasaron por la ventana un par de cerdos con alas de gárgola y unos peces con alas de ángel, fue un curioso espectáculo, porque además, pasó un avión muy bajito, con un capitán tan pedo que no podía ni sentarse en la cabina. Abajo, ví un camión con publicidad de Paris Hilton, pero increíblemente con unos kilitos de más y promoviendo uno de esas organizaciones cristianas (disque). Wow, con razón los cerdos volaron. Al lado del camión, ví a un árabe con una bomba atada a su cuerpo, amenazando que la iba a hace estallar en nombre de Alá. En efecto, el hombre apreto el botón, pero lo que se estalló fue un hidrante... Ver la calle resultó más divertido que el juego de beisbol, donde increíblemente los foules que salían del campo al público eran tomados como jonrones, y en los outs de fly, el que se quedaba equivocadamente en la base de adelante y lo cachaban contaba como triple play... Me hize un sandwich delicioso, con carne de perro adobada, queso de toro, y unos cuantos escamoles, oh y para aderezar, un poco de mil islas... Fue un gran día de trabajo, a gusto...

Al regresar a mi vecindad, en la noche, en un cuarto, por la ventana, con una luz ténue una pareja de chiquillos calientes de como unos 16 años los dos estaba a punto de tener su "primera vez". Ella le dijo cuando estaban a punto... "tengo que ir al baño". Y el chamaco esperó y esperó y esperó y esperó, y esperó y esperó y esperó... esperó y esperó y esperó y ella todavía estaba en el baño. Vaya primera vez... Seguí caminando hacia mi casa y recibí un mensaje de Facebook por mi Iphone... mi novia me había cortado porque según ella, ya tenía un año entero que no le hablaba ni la llevaba al cine, de hecho hasta se convirtió en lesbiana, no manchen... Por mi casa pasa un río, y a la orilla de él me senté en una piedra, debido a tanto caminar, y lloré, a la orilla del río Nilo... Ni lo huelas al puto río, apestaba a pura mierda, por eso estaba llorando, de la peste. Yo que demonios voy a andar llorando por una mujer, al fin y al cabo fui seminarista por un tiempo, me salí porque me quisieron hacer el traca traca, en fin, el sacerdote que quiso hacer eso ya está en el infierno.

Y si, en efecto, llegué a mi casa, mi carro estaba exhausto, me dijo que había metido diez goles y que había ganado el campeonato con las Chivas, fue nombrado jugador del año por la FIFA, por encima de Lionel Messi y también fue el carro del año por la revista Car and Driver, a pesar de ser un Vocho 1977. Fuí al árbol donde había muerto el desgraciado pájaro que me había cagado, y nomás quedaba el cráneo, y alrededor de él, un montón de amapolas... La carroña convertida en composta, al fin y al cavo de polvo somos y en polvo nos convertiremos, y al fin y al cavo regresarán todas esos átomos de hidrógeno y de oxígeno al ambiente. Entré a mi casa y había como 10 mil telarañas, y aparte me habían robado casi todo... De milagro no se habían robado mi carro, jajajaja, claro, estaba jugando al lado de Ramoncito Morales y Omar Arellano en las Chivas. Revisé mi portafolios y ya no estaban ni la tele ni el refrigerador, en su lugar estaba toda la Reserva Federal de los Estados Unidos y un New York Times que decía que el hombre invisible había vaciado la Reserva. Tiré el periódico, como demonios un fantasmilla robó la Reserva, por favor...


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